La economía conductual ha identificado muchas peculiaridades y problemas psicológicos que afectan negativamente las decisiones de las personas. Dos de las tendencias más básicas que pueden conducir a resultados indeseables son la inacción y la impulsividad. Si bien la falta de acción (debido a la procrastinación o la inercia) y la acción demasiado rápida (debido a la impaciencia o la gratificación inmediata) son opuestas en lo que respecta a los resultados conductuales, se derivan de procesos psicológicos similares. Ambas son respuestas a la incertidumbre que tienen su raíz en nuestro Sistema 1 intuitivo, automático y emocional (a diferencia del Sistema 2 deliberado, controlado y reflexivo).
El papel del autocontrol
Un factor clave que contribuye tanto a la inacción como a la impulsividad es la falta de autocontrol. El Sistema 2 de las personas a menudo tiene dificultades para regular los impulsos del Sistema 1, lo que las lleva a dar una importancia excesiva al aquí y ahora. Por ejemplo, pueden postergar su planificación financiera y preferir gastar dinero en tentaciones a corto plazo en lugar de en necesidades a largo plazo.
Descuento temporal y tolerancia al riesgo en la toma de decisiones
La tendencia de una persona a la impaciencia o incluso a la impulsividad depende de hasta qué punto prefiere las recompensas presentes a las potencialmente mayores en el futuro. En economía conductual, esto se conoce como descuento temporal. ¿Preferirías tener $100 dólares hoy o $120 dólares el año que viene? Cuando se funda una bombilla, ¿comprarías una bombilla a $10 dólareso tres a $25 dólares?